Los programas de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI, por sus siglas en inglés) nacieron con el objetivo de respaldar a las comunidades históricamente excluidas de oportunidades laborales en diversos sectores. Estos programas tienen sus raíces en los movimientos legislativos contra la discriminación de la década de 1960, y sus beneficios no solo han favorecido a las minorías raciales, sino también a mujeres blancas, veteranos, personas con discapacidades, entre otros. Sin embargo, muchos de los logros que DEI ha traído siguen siendo poco reconocidos por la opinión pública.
Recientemente, la administración actual emitió una serie de órdenes ejecutivas para poner fin a todos los programas federales relacionados con DEI y ordenó a los contratistas del gobierno federal que dejen de promover la diversidad en sus prácticas laborales. Esta decisión podría tener un impacto considerable en diversos sectores, afectando especialmente a las pequeñas empresas, que probablemente serán las más perjudicadas. Más del 40% de los dueños de pequeñas empresas son mujeres, el 40% son inmigrantes y una de cada cinco empresas pertenece a minorías raciales, siendo los latinos una parte significativa de este grupo.
Dilawar Syed, exsubadministrador de la Administración de Pequeñas Empresas (SBA), abordó las posibles consecuencias de la eliminación de DEI para los negocios propiedad de minorías. Syed señaló que alrededor de $700 mil millones del negocio del gobierno federal son externalizados a contratistas, y antes de la presidencia de Trump, se había establecido la meta de asignar el 15% de esos fondos a empresas propiedad de minorías. Durante su tiempo en la SBA, se logró casi alcanzar esa cifra, con un 13% de esos negocios destinados a empresas propiedad de minorías, lo que equivalía a aproximadamente $90 mil millones. No obstante, la eliminación de DEI podría poner en riesgo estas iniciativas, afectando gravemente a los negocios de minorías. Syed remarcó que la economía estadounidense depende de los emprendedores de las minorías, destacando que la mitad de los fundadores o cofundadores de empresas tecnológicas en EE.UU. nacieron fuera del país. De hecho, según datos publicados por el American Immigration Council en septiembre de 2024, el 46% de las empresas en la lista Fortune 500 fueron fundadas por inmigrantes o sus descendientes.
Thomas A. Saenz, presidente y abogado general de MALDEF (Fondo Mexicano Americano de Defensa Legal y Educación), mencionó que existen múltiples procedimientos legales en curso respecto a la cancelación de DEI. Saenz opinó que esta decisión representa un retroceso para los avances conseguidos en términos de inclusión y equidad.
Elizabeth Barrutia, presidenta y directora ejecutiva de Barú, una agencia independiente dirigida por mujeres y especializada en marketing multicultural, es una de las víctimas directas de la eliminación de DEI. Su empresa trabaja con una variedad de clientes, tanto del sector privado como gubernamental, incluidos gigantes como Disney y Amazon Prime Video, así como proyectos gubernamentales como Covered California y el gobierno del condado de Los Ángeles. Barrutia expresó su preocupación de que la eliminación de estos programas significará recortes en los presupuestos destinados a proyectos dirigidos a las minorías y un desprecio por los mercados minoritarios. Según su perspectiva, grandes empresas como Wal-Mart y Target podrían dejar de considerar al mercado de las minorías en un contexto de creciente cancelación de programas DEI.
El futuro incierto de los negocios de minorías
La decisión de eliminar DEI representa un desafío significativo para los negocios propiedad de minorías, muchos de los cuales dependen de las políticas de diversidad e inclusión para acceder a contratos gubernamentales y privados. A medida que el debate sobre la equidad y la inclusión continúa, las pequeñas empresas de minorías podrían enfrentar un panorama mucho más difícil, lo que podría frenar su crecimiento y participación en el mercado.